Capitulo 84: Dejando huella por la isla

No nos hemos cogido un hotel, hemos comprado una casa a pie de playa, las vistas son preciosas, te levantas de la cama y puedes ver el agua tan azul, tan clara... Nada más llegar soltamos las maletas y nos ponemos los bañadores para disfrutar completamente de una tarde en esta magnífica playa

-Madre mía que sitio tan maravilloso -digo boquiabierta mirando hacia los lados.-
-Si, verdad? Es un sueño -dice él abrazándome por la cintura acariciando mi tripa embarazada sonriendo mirando hacia el mar.-
Suelto las toallas y voy directa hacia el mar, la brisa veraniega me da de lleno en la cara moviendo mi cabello de un lado a otro:- Te vienes? -le digo señalando el mar.-
-Sii - viene hacia mí y me besa con fuerza metiéndonos lentamente hacia el agua-
Estamos así un buen rato hasta que nos cansamos y salimos hacia la blanca arena que recubre este paraíso, nos tumbamos en una hamaca abrazados y seguimos demostrándonos lo mucho que nos queremos, nos hacemos fotos... Sí, las típicas fotos que se hacen los enamorados en los viajes, dándose besitos, abrazándose... cosas de esas que son una tontería pero que después te queda un recuerdo para toda la vida.
-Te amo -le susurro-
-Yo más -dice tumbandose encima mía y besándome lentamente-
-No lo creo -le digo dentro del beso-
-Créelo.-vuelve a besarme pero esta vez pasa a jugar con mi lengua-
Yo le sigo el juego acariciando su espalda desnuda aún húmeda.

Son las 20.00 de la tarde, llegamos a nuestra casa y nos cambiamos de ropa, él elige unos bermudas grises con  su camisa de cuadros imprescindible una fina chaqueta vaquera y unas zapatillas grises.Monísimo!
Yo elijo unos vaqueros rotos con una camiseta estampada y una chaqueta finita. Hoy es uno de esos días en los que tenemos el guapo subido así que nos arreglamos un poco más simplemente para dar una vuelta por el centro de la isla y cenar algo.

Pasamos por el centro de la isla y la gente está bailando en las calles con la música que los bares, nosotros observamos un poco como se mueven y enseguida nos unimos nosotros también a la fiesta. Bailamos un poco y después nos vamos a cenar a un bar. Pedimos la comida típica de allí y cenamos como reyes. Que bien se come en este lugar! Decidimos dar un paseo un poco mas alejados de todo el mogollon del centro y otra vez nos volvemos a hacer fotos. Andamos un buen rato hasta que ya nos cansamos y decidimos volver a casa. Dani insiste en llevarme como si fuese una princesita y a mí, que siempre me ha gustado que me lleven así... Pues que lo haga, si le hace ilusión... Entramos en la casa, nos metemos en el jacuzzi que hay en el inmenso baño y nos relajamos. Después de un buen baño nos metemos en la cama, pero no es una cama cualquiera, esta tiene un velo como las camas de las princesas Disney! Amo este lugar, amo esta casa, amo esta cama, pero lo que más amo de todo, es la compañia que tengo para disfrutar de todo esto.